domingo, 8 de enero de 2017

Cómo preparar a los niños para hacerse un análisis de sangre

Consejos para hacer menos traumático a los niños una extracción


Extracción de sangre pediátrica. Silvina Iturbide

Es muy importante preparar a los niños antes de hacerles análisis de sangre. La preparación previa del niño evita la ansiedad generada ante las agujas, los hospitales y los doctores con bata blanca y hace que incluso el dolor sea menor.
El dolor que produce la punción no es muy grande, pero la sensación de ser sujetado fuertemente, o el temor a lo desconocido puede ser muy traumático. De hecho los niños a los que les tenemos que hacer analíticas rutinarias por determinadas enfermedades toleran mucho mejor el momento del pinchazo, porque ya saben lo que es.

Cómo preparar al niño antes del análisis de sangre

Si el niño está nervioso los vasos superficiales sufren vasoconstricción (disminuyen su calibre) y es mucho más difícil para los extraccionistas, no sólo encontrar las venas, sino también poder obtener una buena muestra. Por tanto los padres deben explicar detalladamente (con todo el detalle que puedan) cómo será el ir al hospital o centro de salud, cómo le tomarán el bracito, y cómo le dolerá un poquito, pero muy poco. 
Pero aquí tienes más consejos:
- Es recomendable y necesaria la presencia de los padres en el momento de la extracción, pero no siempre es posible, por lo que lo más importante es que todos estén tranquilos. La ansiedad de los padres se transmite siempre a los niños. 
- Si el niño se ha mareado en otras ocasiones al hacer un análisis o suele marearse fácilmente al ver sangre o hacerse heridas, es conveniente que se lo digan al personal sanitario para que se haga la extracción en decúbito (acostado) y que pase así unos minutos tras la punción. 
- Es muy importante también que los padres no utilicen la 'visita al médico' o el 'pinchazo' como un castigo o amenaza (si no te comés todo te tendrán que pinchar).

Cómo es el análisis de sangre en los niños

La punción de la vena suele hacerse en las venas del pliegue del codo, aunque en algunas ocasiones si es muy difícil puede obtenerse de venas en los pies, piernas o manos.
Debe colocarse un lazo de goma en el brazo para que las venas se llenen de sangre y el procedimiento sea más fácil. Tras localizar el punto adecuado se limpia la piel con alcohol y se realiza la punción, avisando antes al niño para que esté preparado. En algunos casos les recomiendan que respiren hondo o miren a otro lugar para distraerlos o incluso se puede jugar o hacer chistes justo en el momento del pinchazo para evitar que se asusten o sientan mal, pero algunos niños prefieren mirar cómo se rellenan los tubos (porque les llama la atención y en ese momento ya no les duele). 
En el caso de los recién nacidos en ocasiones pueden utilizarse las venas del cuero cabelludo, que aunque asusta mucho a los padres no es más doloroso ni más peligroso para el bebé.
Después de la extracción, siempre que el niño haya estado tranquilo, es muy bueno llevarlo a desayunar o comprarle un pequeño regalo o hacer algo especial para él. Que sienta que tiene una recompensa por haberse portado bien. Además debemos decirle con palabras que es muy mayor, que es un campeón y que estamos muy orgullosos de él. Esto hará que se sienta reconocido y que sabemos apreciar su esfuerzo por no llorar.

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